E-mails enviados por Lili Romero y Ethel Batres (flamante Presidenta del Fladem)
30 de julio de 2009
Email de Lili Romero
Hola Hiro, aquí desde Iguazú y nuestro primer paseo en «catamarán», para nosotras ferry, nos llevó a ver una comunidad indígena guaraní y ver una ceremonia. Hasta allí todo parecía bien, pero cuando llegamos al lugar, nos esperaban muertos de frío, niños, jóvenes con el torso desnudo, madres con bebés y ancianos que prendieron un fuego y se pusieron a bailar y cantar. Los turistas miraban desde el barco, sin bajar, a los nativos que danzaban alrededor del fuego, dos mujeres mayores tocaban un tronco con palos, los niños cantaban y los turistas tomaban fotos y los filmaban desde el barco. Para nosotras fue algo muy lamentable, una exposición totalmente denigrante (diría yo), los niños indígenas temblaban de frío. Antes de llegar a la comunidad Ethel escuchó que una niña preguntaba ¿qué son los indios? y sus abuelos les decían que los indios se los iban a comer y la niña tenía miedo así como su hermanito. Al terminar la danza con fuego una pequeña familia nativa subió al barco con artesanías y el niñito blanco se puso a llorar de miedo, y así también lloraba el bebé guaraní en brazos de su madre. Tenía un hermanito, también con el torso desnudo tendría como 6 años, temblaba de frío en la mesa donde se sentaron a vender artesanías. Yo estaba arriba y no había visto lo que sucedía dentro del barco, subió Ethel con lágrimas en los ojos diciéndome que no era posible lo que habíamos visto. Que ella borró sus fotos pues no podía tenerlas en su cámara.
Entonces sucedió lo invitable cuando nos juntamos gente del FLADEM, le dije que por qué no íbamos a hablarle a la gente, (que feliz escuchaba un dúo que cantaba desde la bamba hasta rancheras, armando la fiesta). Incluso había de premio una caipirinha para quien saliera a bailar. Y bueno pues, Lili se acercó a los músicos, pidió la palabra y empezó a decir que sentía vergüenza por lo que acababa de ver, la explotación de los niños ahora en el 2009, etc. etc. etc. cada vez más exaltada, me cortaron el sonido, entonces entró Ethel (por supuesto más centrada) y también habló. La gente estaba helada, algunos asentaban con la cabeza, otros no entendían nada, me parece. Bueno armamos un escándalo y luego nos retiramos arriba. Allí conversamos un rato y bajamos para invitarles a los nativos una leche caliente, el niño seguía tiritando de frío y la gente al lado tomaba cuba libres, caipirinha, café, comían sus sanguchitos, etc. Entonces yo me saqué la casaca y se la puse al niño, los que estaban cerca recién se dieron cuenta y miraban en una mezcla de asombro y tristeza. Resumen, dp de hablar con el dueño, quien se justificaba por la ayuda que ellos les brindan con escuelas, médicos, etc., eso que ahora se llama «responsabilidad social de las empresas». Ethel por supuesto muy centrada en relaciones interculturales le respondió de manera alturada y yo bien calladita, ya había armado suficiente escándalo… se acercó una sra. argentina que también estaba de acuerdo con nosotros aunque tb. añadía que esa era una mala imagen para los argentinos… Resultado a la salida casi todos les compraron algo (lo que creo normalmente no hubieran hecho pues eran artesanías simples a precios no baratos), nosotras cerca mirando a todos y un jóven francés se acercó y nos dijo que estaba de acuerdo con nosotras, Ethel, siempre tan centrada le sugirió que fuera a hablar con el dueño y le explicamos que con seguridad sería una impresión mayor para él que fuera un francés el que le hablaba que una peruana y una guatemalteca. El chico que hablaba relativamente bien el español se acercó y le habló, entonces nosotras, luego de comprales dos maracas por 30 pesos y un collar de semillitas por 10 pesos, salimos. Todavía con la adrenalina dentro, Ethel dijo que en 3 viajes más armábamos la revolución. En fin, creo que no todos entendieron, pero con seguridad muchos se sensibilizaron y pensaron al respecto, eso ya es un avance. Y de esta subversiva forma ha terminado nuestro primer día en estos lares. Estamos satisfechas y creo que si no hubiéramos estado juntas, no nos hubiéramos atrevido. Yo, a lo bestia irrumpí pidiendo el micrófono y Ethel primero exaltada y después mesurada lo explicó bastante bien. Total: imaginamos que el dueño hará aunque sea algunos cambios y si es así, bien valió el escándalo.
que tengas un buen y reparador descanso de la urbe contaminada.
un abrazote
Lili
Email de Ethel Batres
Hola familia y amigos:
Estamos con Lili Romero -colega peruana- en Puerto Iguazú. Tomamos un catamarán, que nos ofrecía un servicio que incluía una especie de visita a una comunidad indígena. La sorpresa fue tremenda. No imaginé que sería testiga de algo tan indignante y doloroso. El barco ancló frente a un grupo guaraní, que estaban de pie, formados y preparados para un show, temblando y con muchos niños casi sin ropa. Encendieron una hoguera y principiaron a bailar. Los turistas se comportaron impropiamente, con muestras de un total desconocimiento del respeto a otras culturas. La gente del barco manejó la situación con total dominio del marketing y una desconsideración completa al ser humano. Por casualidad, Lili andaba por un lado y yo por otro. No pude soportarlo y fui a buscarla. Ella estaba furiosa, yo lloraba. Le comenté como dentro del barco, el abuelo respondía a su nieta así:
– Cómo son los indios? -preguntaba la niña. -Pues te pueden comer…
La niña: No…. y él insistía: sí…. el hermanito menor observaba la escena, tendría unos 4 años.
Cuando terminó la danza-canto, la gente del barco subió a una familia guaraní al barco. El hermanito de la niña empezó a llorar, porque el abuelo lo acercaba para que los viera… Y en la familia guaraní venía un bebé, que empezó a llorar al verse rodeado por tanta gente… Entre tanto empezó un espectáculo musical. Ya juntas, nos armamos de valor. Lili tomó el micrófono y habló exaltadamente en torno a lo impropio de la situación. Invitó a que quienes estuvieran de acuerdo con ella, que se unieran. De inmediato tomé el micrófono y continué ampliando el discurso. La cosa se puso tensa. Nos retiramos, y los músicos cambiaron de tema, realmente no sabían qué hacer. La gente estaba extrañada con la situación. Unos parecían de nuestro lado, otros sencillamente no entendían nada. Fuimos a hablar con el gerente del barco. Larga conversación. Ofreció hacer algunos cambios…. ojalá. Lili compró algo de comer a los guaraníes. Al final del paseo, una argentina, un francés y sus padres, se solidarizaron y el francés fue a hablar también con el gerente. Definitivamente falta muchísima conciencia en nuestras sociedades. La gente no entiende, porque no conoce. La educación que recibimos no nos está preparando para movernos en una sociedad mejor en cuanto al tema de las relaciones interétnicas, entre otras… El final de la tarde remarcó nuevamente nuestra conciencia flademiana. Con bastante tristeza todavía, bajamos del barco mientras decíamos adiós al niño guaraní.
Hasta pronto, luego comentamos. No decaigamos.
Ethel Batres
Fotos pueblo guaraní – espectáculo para turistas julio ’09 (Fotos de Lili Romero)
Hola a tod@s,
aquí les envío algunas fotos del pueblo guaraní que fue expuesto de una forma vergonzoza realizando una «ceremonia indígena» para los turistas del catamarán en Puerto Iguazú .
Lamentablemente la resolución no es muy buena pues las tomé con la cámara de video y ya estaba oscureciendo, por ello también el intenso frío que pueden observar tienen los niños más pequeños.
Gracias por las respuestas, la difusión y la solidaridad.
con cariño
Lili
Ethel y Lily y comunidad de FLADEM
Acabo e retornar de un paseo por un x lugar de España con un sentimiento de reconfirmación de mi antiturismo.De hecho,la arqueología facilista, la pseudo-ecología, y la irritante muestra de las «musicas del mundo» comercializadas por Putumayo y todos los mercaderes del exotismo no son mas que anzuelos culturalistas que recuerdan los aberrantes traslados de los obeliscos de Karnak a Roma en tiempos de los emperadores, el Partenón de Atenas a Frankfurt, o la Victoria de Samotracia al Louvre en las campañas napoleónicas. Por supuesto que no puedo dejar de mencionar lo irritante que resulta ver en el Museo de América el original de uno de los códices que contienen lo mas elevado del pensamiento de los mayas clásicos de Mesoamerica, y podría seguir citando ejemplos de que el expolio cultural ha sido y sigue siendo la tonica de las muestras de las culturas del mundo.
El incidente que ustedes dos vivieron y en el cual dignamente reacciaron con la estatura que da la madurez de los principios del FLADEM y de sus profesiones como educadoras me dejó helado.
En realidad la sola muestra de que para ver ese tipo de espectáculo haya que viajar hasta el norte de la Argentina muestra una herida que no ha cicatrizado. Y es que los Guaranies pertencen a ese lado pobre del atlántico sudamericano como resultado de la opresión que los imperialismos sometieron al Paraguay a través de la mal llamada Guerra de la Triple Alianza (1864-70) en donde la Argentina,el Brasil y el Uruguay de entonces ahogaron un proceso progresista de los paraguayos y le dejaron incluso sin una salida al mar. (lo mismísimo que pasó en la Guerra del Pacífico con Perú, Bolivia y Chile)
La cultura guaraní permaneción casi intacta y hoy por hoy es la carta de presentación de los paraguayos y de los argentinos llamados «nortinos». Esa condición hace que los mercaderes de «lo cultural» aprovechen para explotar ese exotismo que no es mas que la explotación de la miseria de la pobreza. (perdón si caigo en un oximorón»
Además, el incidente puede servir como un punto de inflexión para potenciar el debate, la investigación y la acción sobre los sistemas educativos en torno al tratamiento de la interculturalidad,ya que ese problema lo tendremos ejemplificado a lo largo y ancho de nuestro subcontinente.
Atentamente y con expectación:
Rubèn Darìo Flores
P.D. Sin embargo, sí que son majestuosas las Cataratas de Iguazú ¿No?
Estimado Rubén Darío, la explotación de la pobreza como Ud. la llama, es algo habitual en nosotros. No hay que ir hasta Iguazú para ver como comunidades aborígenes son expuestas para beneficio de los agentes turísticos, que la muestran como parte del paisaje como si ésta misma por propio des (a)tino fuera condición sine qua non de los pueblos nativos; si asi no fuera perderían interés comercial y turístico. También podemos viajar hasta el sur del conurbano bonaerense y asistir a esos curiosos espectáculos «under» donde niños, solos o en grupitos, nos cantan una canción vieja, de esas que se aprendían en las escuelas sobre San Martín, para que los aplaudamos y les demos a cambio alguna moneda. Sin embargo nadie hace nada por ellos, ni las familias empobrecidas, ni las escuelas, ni el estado, mucho menos el turismo local.
Tal vez por esto mismo hemos perdido nuestra capacidad de asombro ante la violencia implícita impuesta a esa marginalidad sometida y denigrada (más), junto con la solidaridad, la conciencia social y los ideales de una sociedad mas justa. La naturaleza, se dice, es sabia, los hombres evidentemente NO.
Quizá esos coros que escuchamos, esas voces tímidas y sin redención, sean el canto del cisne para todo lo que, en esta sociedad consumista, globalizada, conectada, pero sobre todo atada a la mas parcial de las indiferencias, se esta muriendo.